miércoles, 30 de noviembre de 2011

MANIFIESTO

Siento lo que quiero, como quiero, cuando quiero, a quien quiero, porque quiero, donde quiero, porque me hace libre y me hace humano.

lunes, 28 de noviembre de 2011

EL TIEMPO

Hoy quiero hablar del tiempo, sí, del tiempo, los días de frío, de calor, nublados, secos... Hay gente que cree que hablar del tiempo no es algo bueno, que la gente que habla del tiempo es porque no tiene nada que decir y habla sin más... Probablemente en cierto modo tienen razón, pero yo tengo mi propia teoría para la gente que habla del tiempo. Para mí hablar del tiempo no es algo malo, sino todo lo contrario. Hablar del tiempo no significa que no tengas nada que decir, sino que realmente quieres hablar, y creo que el hecho de que alguien quiera hablar contigo es algo bueno, insito, creo...
Tenemos la mala costumbre de querer siempre ir directos al grano, de tener conversaciones interesantes, claras, que no dejen lugar a dudas, conversaciones en las que lo dicho es totalmente obvio, y yo en cierto modo, hay en muchas ocasiones en las que también he preferido eso, pero realmente creo que nos perdemos un montón de cosas buenas. Cuando hablas del tiempo como decía, son ganas de hablar con otra persona, son ganas de que la otra persona comparta contigo impresiones y en cierto modo también sentimientos. Son ganas de querer conocer a otro y eso es algo bueno, creo...
Había un señor en mi pueblo, donde paso algunos días en verano, allí en las montañas alcarreñas, que siempre hablaba del tiempo. Muchas veces nos reíamos porque no hablaba de otra cosa, en el fondo, creo que lo que necesitaba era simplemente hablar con alguien, darse a conocer, y qué mejor manera de empezar que hablando de como se presenta el día... Este hombre, "el hombre del tiempo" que es así como le llamábamos, probablemente conoció a muchas más personas que otras que buscan en la conversación algo totalmente obvio, porque gracias a estas conversaciones sobre el tiempo pudo saber un poquito de la personalidad y de los gustos de esas personas, y muchas veces algo tan simple como eso, nos cuesta un mundo averiguarlo por querer preguntarlo de una manera demasiado elocuente.
Esta mañana un amigo, me ha llamado algo preocupado. Me ha contado que habla con una especie de "desconocido" de vez en cuando y que le resulta una persona interesante y divertida, pero esta mañana, para su disgusto le ha hablado del tiempo. Naturalmente mi amigo, es de esos que buscan siempre en las conversaciones algo a sacar en claro. Es de esos chicos de poca paciencia que quieren que las cosas sucendan rápido porque tiene mucho miedo al paso del tiempo y claro estaba bastante preocupado por que temía que las cosas no estuvieran yendo como a él le gustaría. Yo esta mañana que me he levantado contento, de un frío feliz, le he dicho que si su desconocido le hablaba del tiempo, le estaba diciendo muchas más cosas que en cualquier otra conversación que hubieran tenido. Este desconocido, me ha contado mi amigo, estaba estúpidamente feliz porque había sacado su bufanda ¿Acaso es malo que alguien te haga partícipe de su felicidad? No veo donde estaba la preocupación de mi amigo. Además le estaba dando algunos detalles de su persona, y otros que quizá pueda imaginar y se vaya haciendo una idea. Hablar del tiempo te permite hacer ese tipo de cosas, saborear esos momentos de incertidumbre en los que no sabes bien cómo acertar, en los que te da miedo equivocarte... Yo antes tenía mucho miedo a esos momentos, tanto, que siempre acababan por salirme mal las cosas, porque no me gustaba hablar del tiempo, quería ir directo al grano, que todo pasara ya, era en cierto modo como amigo y así no se disfruta. En cosas tan simples como hablar de frío o de calor, se pueden encontrar pequeños detalles que te alegran el día, que te dejan conocer gente y comprobar que esa gente quiere compartir esos pequeños detalles contigo. Pero bueno, que me desvío del tema. Mi amigo estaba preocupado por eso, pero al final su gran desconocido le ha hecho un regalo increíble, yo me moría de envidia, porque a mí hace mucho tiempo que no me regalan algo así... Su desconocido, le ha dicho que su alusión sobre el frío que hacía, había sido su primer pensamiento al despertar... A algunos probablemente les parecerá una gilipollez, yo creo que el hecho de que alguien te regale su primer pensamiento es impresionante, porque te está regalando porque sí, una parte totalmente sincera y verdadera de él mismo, al fin y al cabo, lo más real que hay en nosotros, es lo que pensamos al acostarnos y al levantarnos. Asi que mi amigo es un gran afortunado por haber tenido hoy, su propio "hombre del tiempo". Y la verdad que si nos esforzáramos mucho más en tener a muchos hombres y mujeres del tiempo quizá la vida sería mucho más sencilla de lo que parece, pero insisto, y como he dicho anteriormente, creo...
Yo envidio a mi amigo, porque ha pasado un día genial, pensando en el tiempo, en el frío, en lo que implica el invierno, en las ganas de verano... y en su desconocido.
Pero yo, visto lo visto, desde hoy, no pienso dejar escapar a un sólo hombre o mujer del tiempo.

....................................................................................................................................................................

Y como se trata de hablar...

lunes, 14 de noviembre de 2011

EL MIEDO, UNA GUERRA,UN SILLÓN Y CÓMO SER LO QUE NO QUIERES

Aún, a día de hoy, sigue sorprendiéndome la reacción de la gente cuando se da cuenta de cómo soy en realidad. Hoy tampoco es uno de esos días fáciles y de nuevo me siento en mi sillón a la espera de encontrar respuestas a miles de preguntas. Son preguntas demasiado abstractas, abiertas, preguntas que en el fondo sé que no tienen respuesta, creo que son preguntas que se hicieron para que cada uno le de la respuesta que quiera y yo de momento no tengo ninguna.
... hay palabras que duelen, pese a que son simples palabras...
¿Soy yo el problema realmente? No acierto una.
No me gusta rendirme nunca, quizá porque aunque no he tenido una vida dura, tampoco me han puesto muchas facilidades; pero sin embargo hoy me ha tocado rendirme y quizá sea para bien o quizá no... Me siento tan bloqueado que a penas puedo demostrar cómo soy en realidad. Yo no suelo estar triste , yo no suelo sentarme en un sillón a escuchar música deprimente, tampoco soy el chico más alegre del mundo, pero estoy bloqueado. No me gusta el victimismo ni la derrota. Siempre tiro hacia adelante, soy muy orgulloso, hasta cuando no debe serlo, pero de un tiempo a esta parte carezco de amor propio. Y aquí surge una de mis preguntas que creo que no tiene respuesta ¿Por qué ahora soy así? A veces creo que es miedo, miedo al rechazo, miedo al desprecio y todo ese miedo lo invierto en conseguir que suceda precisamente eso a lo que le tengo miedo. A veces, me da tanto miedo, que intento disimular partes de mí mismo y quizá es hora de hacerme ver tal y como soy. Soy un chico alegre, demasiado soñador, en ocasiones cuando me voy a dormir me imagino que he conseguido todos mis sueños, y me veo disfrutándolos al máximo, pero casi siempre me duermo rápido y no disfruto tanto como me gustaría. Soy romántico, me gusta la música romántica, las canciones comerciales y soy feliz jugando al monopoly o al hotel... Todo eso y mucho más es lo que en realidad soy, sólo un tipo corriente, un chico de pueblo que dejó su casa hace ya siete años con 300€ en la cuenta y muchas ganas de comerse el mundo. Pues ultimamente no soy nada de eso; quizá por intentar agradar, por tomar malas decisiones, por no querer perder una batalla que estaba ya perdida, por el simple hecho de que es más cómodo o porque tuve que madurar porque sí. Últimamente no quiero conocer gente nueva y a la gente nueva que conozco procuro no hacerles mucho caso que soy de ilusión fácil...
Cuando tienes tanto miedo y tienes que estar siempre a la altura empiezas a exteriorizarlo todo. Un físico más o menos decente es básico, si no gustas por cómo eres que siempre quede una buena imagen, al fin y al cabo el cerebro es lo primero que registra aunque luego interiorice los detalles. Segundo, nunca parecer estar triste, alguien que agrada siempre está de buen humor, siempre es positivo, ingenioso, irónico... puedes parecer airado pero nunca triste, lo triste no atrae. Y tercero, ser interesante, da igual como, pero serlo al precio que sea. Y yo, sentado en mi sillón de las respuestas que no llegan, sé, que no tengo un físico perfecto, que hay días que estoy muy triste y que no le resulto interesante a todo el mundo.
Hace tres años decidí recuperar el tiempo perdido, "desmadurar" un poco, VIVIR... pero creo que se está pasando esa época, que he vuelto a madurar y que necesito lo que a muchos, por lo menos muchos de los que conozco, aborrecen tanto... y no, no voy a decir en realidad lo qué es, es otra de las recién establecidas normas, ese tema nunca se habla, no existe, salvo en las canciones que me gustan.
No sé cuánto tiempo pasará hasta que vuelva a escribir, pero espero no haberme perdido de nuevo y sobre todo espero no tener miedo.
Y a ti... a ti nada, quizá en otra batalla.

sábado, 12 de noviembre de 2011

De Madrid a Barcelona y ¿viceversa?

Me faltaron las ganas,
quedándome a mitad de tu camino,
dejándote pasar sin hacer nada.
Recogí mis maletas
cargadas por este mal trago,
tan llenas de aliento
y algún que otro desencanto.

Yo no debí llegar el día de antes.
Yo no debí esperar
a que estuvieras tras la puerta
mendigándome caricias
dibujándome una vida de valor.
Yo no debí luchar con tanta rabia
y no debí forzar las ganas que luego tuvimos
porque las mías ya vividas
se rendían al empezar tú a sentir.
Yo ya te estaba dando
más de lo que tocaba vivir.

Te pedí demasido.
Yo ya en la barrera
y tú tranquilo en la calle de atrás.
Y aún así conquistamos tantas cosas juntos
tantos despertares que llegaron agotados al final.

Yo no debí llegar el día antes.
Yo no debí esperar
a que estuvieras tras la puerta
mendigándome caricias,
dibujándome una vida de valor.
Yo no debí luchar con tanta rabia
y no debí forzar las ganas que luego tuvimos
porque las mías ya vividas
se rendían al empezar tú a sentir.
Yo ya te estaba dando
más de lo que tocaba vivir.